La textura es considerada uno de los siete elementos del arte junto con la línea, la sombra, el color, el valor, la forma y el espacio. Diferenciamos éstos de los ocho elementos de la composición: unidad, balance, movimiento, ritmo, foco, contraste, patrón y proporción.
Aplicar textura es dotar a la obra de una calidad táctil que carece. Con ella podemos incorporar sensaciones de discontinuidad, suavidad, aspereza, rugosidad y tantas otras. El artista crea así una ilusión, tratando de representar a través de la percepción visual una propiedad física. Se reemplaza el sentido del tacto creando sensaciones artificiales.